XXIII DEL TIEMPO ORDINARIO – CICLO C


“El que no renuncia a todos sus bienes no puede ser discípulo mío”

Primera Lectura: Sab 9,13-18
Salmo: 89
Segunda Lectura: Fil 9b-10,12-17
Evangelio: Lc 14,25-33
Reflexión: Fray Nelson (Audio)

Dejar todo Para seguir a Jesús

En el camino a Jerusalén, hacia la vida plena. En este día, el Señor nos pide confirmar nuestra adhesión a Jesucristo en el seguimiento hacia él.

Nos propone elaborar nuestra jerarquía de valores, en las cuales en el centro debe estar lo fundamental: Jesucristo. A partir de Él podremos ver todas las otras realidades: familia, amistad, trabajo.

Después de poner a Jesús en el centro de nuestra vida, nos invita a cargar nuestra cruz y seguirle cada día; porque solamente nuestra cercanía con él posibilitará que nuestra vida vaya en acorde al estilo de Jesús.

Que el Señor fortalezca nuestra fe para que cada día podamos ponernos bajo la bandera de Jesús y que en este mes de la Biblia, la Palabra de Dios sea la luz para nuestras vidas y la fuente del descubrimiento de la voluntad de Dios para con nosotros sus hijos.

XVIII DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO - CICLO C


"Necio, esta noche te van a exigir la vida. Lo que has acumulado, ¿de quién será?" 

Primera Lectura: Ecl 1,2;2,21-23
Salmo: Sal 89
Segunda Lectura: Col 3,1-5.9-11
Evangelio: Lc 12,13-21
Reflexión: Fray Nelson (Audio)

XVI DOMINGO DEL TIEMPOR ORDINARIO


Señor, ¿quién puede hospedarse en tu tienda?

Primera Lectura: Gn 18,1-10a
Salmo: Sal 14,2-3ab.3cd-4ab.5 
Segunda Lectura: Col 1,24-28
Evangelio: Lc 10, 38-42
Reflexión: Fray Nelson (Audio)

XIII TIEMPO ORDINARIO – CICLO C


"El que ha puesto la mano en el arado y mira hacia atrás, no sirve para el Reino de Dios"

Primera Lectura: 1Re 19,16b.19-21
Salmo: 15, L-2ª.5.7-11
Segunda Lectura: Gal 5,1.13-18
Evangelio: Lc 9,51-62
Reflexión: P. Miguel Rodas (Audio)

 TOMAR UNA DECISIÓN PARA SEGUIR A JESÚS

Después de haber respondido personalmente a través de la oración y la reflexión sobre la gran pregunta de Jesús: ¿ustedes quien dicen que soy yo? Si nuestra respuesta es afirmativa, similar a la de Pedro, ahora nos toca ponernos en marcha con Jesús hacia Jerusalen, a la luz de la decisión que tomó Jesús al encaminarse hacia la ciudad Santa.

Claridad pública.- la decisión que toma Jesús de subir a Jerusalen, lo hace de manera pública, enviando mensajeros delante de él. Por tanto cada decisión que tomemos en la vida, no debe ser a escondidas.

Madurez.- Jesús está consciente del camino que está emprendiendo hacia su pasión, muerte y resurrección. Ya al iniciar este caminar, en Samaria encuentra el rechazo, pero Él continúa caminando porque es capaz de asumir las consecuencias de su decisión.

Perseverancia.- El camino para Jesús que carga nuestros sufrimientos y nuestros pecados es muy duro, pero Él continua hasta el final y así nos muestra que es posible tomar el arado y llegar hasta la meta.

Seguir a Jesús implica tomar una decisión radical en nuestras vidas. Decisión que tenga claridad, madurez para asumirla y perseverancia para ser fieles hasta llegar a la meta final.

XII TIEMPO ORDINARIO - CICLO C

“El que quiera salvar su vida la perderá; y el que pierde su vida por mi causa la salvará”

Primera Lectura: Za 12,10-11;13,1
Salmo: Sal 62
Segunda Lectura: Gal 3,26-29
Evangelio: Lc 9,18-24
Reflexión: Seminario Monterrey (Video)

¿Y ustedes quién dicen que soy yo?

Después de haber tenido alguna aproximación con Jesús o incluso encuentro personal con Él; Jesús quiere continuar caminando con nosotros; pero antes, para realizar con Jesús el camino hacia Jerusalén, nos hace la pregunta clave a cada uno de nosotros, para que tengamos una identificación real y verdadera sobre la Identidad de Jesús.
Tú eres el Mesías el Hijo de Dios
Simón Pedro da una respuesta acertada, respuesta con la cual, todos sus apóstoles están de acuerdo; después de haber visto a Jesús sanando a los enfermos, resucitando a los muertos, haciendo caminar a los paralíticos, devolviendo la vista a los ciegos, expulsando a los demonios, anunciando la Buena Noticia, incluyendo a los pobres y marginados; el de concebir a Jesús como venido del Seno de Dios no les era tan difícil creer en esa realidad. Sin embargo, la gente, a pesar de haber visto los signos y escuchado sus palabras, no logran acertar la respuesta correcta, solamente unas aproximaciones, resaltando alguna características de Jesús en relación a personajes que le antecedieron como Elías, Juan el Bautista y algún otro profeta.
Jesús nos salva en la cruz
Todos sus apóstoles al tener la certeza de que evidentemente estaban en lo correcto, y que el Mesías esperado estaba con ellos, estaban felices de tenerlo cerca. Sin embargo, Jesús les advierte que esta verdad aún no debe ser proclamada, porque primeramente deben subir a Jerusalén, donde será rechazado, crucificado y que resucitará al tercer día. Ahora los apóstoles entran en duda, y realmente la cruz les escandaliza; pero Jesús no vacila y nos muestra el único camino por el cual somos salvados, el camino de la cruz.
Llamados a cargar nuestra cruz
Tras el anuncio de su pasión, muerte y Resurrección, nos pone sobre la mesa las condiciones para todos los que queramos seguirlo voluntariamente: Negarnos a nosotros mismos, cargar con nuestra cruz y seguirlo.

Si realmente creemos que Jesús es nuestro salvador, nos toca asumir que esta salvación nos viene a través de la cruz y que cada uno de nosotros debemos cargar nuestra cruz. Si realizamos todo este proceso, podremos salvar nuestra vida; así esta afirmación: el que quiera salvar su vida la perderá y el que pierda su vida por mi causa la salvará, podrá aplicarse a nosotros. 

XI DURANTE EL AÑO – CICLO C


“Tus pecados te son perdonados”

Primera Lectura: 2Sam 12,7-10.13
Salmo responsorial: Sal 31,1-2.5.7.11
Segunda Lectura: Gal 2,16.19-21
Evangelio: Lc 7,36-8,3
Reflexión: Fray Nelson (Audio)

           LA MISERICORDIA DE DIOS, UN REGALO PARA LA HUMANIDAD

Las lecturas de hoy, nos hablan de la misericordia de Dios como un regalo gratuito. Perdón de Dios que nos regenera a todos los que acudamos a Él, con un corazón arrepentido y con la fe puesta en Jesucristo que ha dado su vida por nosotros para devolvernos la libertad de los hijos de Dios.
Jesús acepta la invitación de todos
Jesús se hace presente ante toda persona que lo invita; sin importar la condición, raza o clase social. En el Evangelio es un fariseo el que lo invita a sentarse en su mesa; Jesús acepta a sentarse a la mesa también con este Fariseo que obviamente no era pobre, sino alguien que tenía posiblemente más de lo necesario; pero Jesús acepta esta invitación.
Reconocer nuestros pecados y acudir a Jesús
Esta mujer cree haber perdido el sentido a la vida y que como consecuencia se siente marginada por sí misma y por las miradas de los que creían cumplir la ley de Moisés. Sin embargo ante una situación de pérdida de sentido de la vida a causa del pecado; aún le queda una última y única esperanza: Jesús. Con esta fe en el Hijo de Dios, acude a él no para justificarse y explicar las razones por la que había caído en el pecado; sino para expresar su arrepentimiento sincero.
La Misericordia de Dios
Ante un corazón arrepentido, Jesús derrocha sobre esta mujer la Gracia, con el cual le perdona de todos sus pecados, los muchos pecados que reconoce tener esta mujer. Así le devuelve el sentido a su vida y le restablece la dignidad de hija de Dios: “Tu fe te ha salvado, vete en paz”. Para esta mujer se abre un nuevo horizonte en su vida. Está llena de la Misericordia de Dios.

X DURANTE EL AÑO – CICLO C


“Un gran profeta ha aparecido en medio de nosotros y Dios ha visitado a su Pueblo”

Primera Lectura: 1Re 17,17-24
Salmo: 29,2.4-6. 11-12ª.13b
Segunda Lectura: Gal 1,11-19
Evangelio: Lc 7,11-17
Reflexión: Fray Nelson (Audio)


Para nosotros los cristianos, la resurrección es algo fundamental dentro de la fe que profesamos; como dice San Pablo, Sino creemos en la resurrección vana es nuestra fe. En ese sentido, en el Evangelio del día, vemos a Jesús sensible a los acontecimientos dolorosos de la humanidad; pero no solo acompañándonos, sino sobre todo restituyéndonos la vida; siendo así el Señor de la Vida.

Tribulación tras tribulación
No hay tristeza más grande para una madre ver a su hijo muerto; aún más si su hijo es joven y único. La viuda de Nain, ahora perdía a su hijo, y no hace mucho había perdido también a su marido. Realmente el dolor era inmenso, por lo que ella caminaba acompañando el féretro como sonámbula y no había nada que pudiera calmar, al menos un poco ese dolor que llevaba en su corazón.

Jesús sale a nuestro encuentro  
Es el encuentro inesperado, un grupo de dolientes que llevan el féretro y un grupo que acompaña a Jesús. Ante tanta multitud, Jesús detiene la procesión y siente compasión por la viuda, se conmueve; no sólo con palabras de esperanza, sino devolviéndole a su hijo sano. De ese modo Jesús nos muestra que él tiene el poder para restituirnos la vida y devolvernos a nuestros seres queridos.

Reconocer las maravillas de Dios
Dios sigue actuando día a día en medio de nosotros y obrando sus maravillas; en la cotidianidad, en la simplicidad, en el encuentro y el acompañamiento de las personas que sufren ante la partida de un ser querido. 

IX DURANTE EL AÑO - CICLO C

"Señor, no te molestes, porque no soy digno de que entres en mi casa; por eso no me consideré digno de ir a verte personalmente. Basta que digas una palabra y mi sirviente se sanará" (Lc 7,6-7)

Primera Lectura: 1Re 8,41-43
Salmo: 116,1-2
Segunda Lectura: Gal 1,1-2.6-10
Evangelio: Lc 7,1-10
Reflexión: Mons. Cristóbal Ascencio Garcia (Video)

El temor de Dios
En la figura del Centurión romano, encontramos a un hombre que teme a Dios, aunque no profesa la misma fe del pueblo judío; sin embargo realiza ese proceso de encuentro con el Dios en el que creen los judíos, a través de Jesucristo, que es reconocido como el enviado de Dios.
La fe
El centurión romano no vacila en ningún momento sobre el poder sanador de Jesús; él reconoce que los que los que están bajo su subordinación le obedecen; de ese mismo modo, los aspectos que nos entristecen y nos provocan sufrimiento como la enfermedad están bajo la subordinación de Jesús. Da el paso de la fe en Jesucristo y así recibe esta gracia de que su sirviente quede sanado de su enfermedad.
La humildad
El Centurión romano reconoce su indignidad. Sin embargo esta actitud de reconocimiento de su no preparación, no le impide creer en Jesús y así acceder a encontrarse con el Señor; y experimentar de manera maravillosa la experiencia de sentir la presencia de Dios en su vida y en su hogar.

SOLEMNIDAD DE LA SANTÍSIMA TRINIDAD - CICLO C


Primera lectura: (Prov 8, 22-31)
Salmo: (Sal 8, 4-5. 6-7a. 7b-9)
Segunda Lectura: (Rom  5, 1-5)
Evangelio: (Jn 16, 12-15)
Reflexión: Fray Nelson (Audio)

Domingo de Pentecostés


Primera lectura: (Hch 2,1-11)
Salmo: (Sal 103,1ab.24ac.29bc-30.31.34
Segunda lectura: (1Co 12,3b-7.12-13)
Secuencia
Evangelio: (Jn 20,19-23) ( Audio)
Reflexión: P. Luigi Novarini (Audio)

El pueblo judío celebra la fiesta de las semanas, las siete semanas desde la Pascua, donde recuerdan y celebran la revelación de Dios al pueblo escogido en el monte Sinaí, donde hicieron una Alianza y recibieron de Dios, la Ley. En este ambiente de festividad judía, podemos ver la presencia de un sinfín de visitas a la ciudad Santa de Jerusalén, como nos lo describe el libro de los Hechos de los Apóstoles. Jesús ya había ascendido a los cielos y los apóstoles con temor, pero con mucha esperanza se encontraban reunidos en Oración, confiados en la Promesa que Jesús les había hecho de enviarles el Espíritu Santo. Reunidos en comunidad reciben el Espíritu Santo con todos sus dones; Y los apóstoles, juntamente con María llenos de alegría tras haber superado el miedo, abren las puertas de par en par y salen a anunciar la Buena Noticia.

El nacimiento de la Iglesia en comunidad
La esencia de la Iglesia, es ser COMUNIDAD. El Espíritu Santo es enviado a una comunidad reunida, que cree en Jesucristo; y a partir de esta comunidad apostólica se dan los ministerios, incluso la primacía de Pedro. Como Iglesia católica, somos parte de esta comunidad que tiene continuidad hasta nuestros días, a través de la sucesión apostólica (Obispos) y el vínculo de unidad de la Fe en la Santísima Trinidad.

El Espíritu Santo nos impulsa a la Misión
En el Bautismo recibimos el Espíritu Santo y tenemos la identidad de Cristo y en la Confirmación, recibimos la plenitud del Espíritu Santo, con el cual tenemos la Misión de Cristo. Con la fuerza del Espíritu Santo, todos los discípulos de Jesucristo estamos llamados a ser continuadores de la construcción del Reino de Dios, iniciada por Cristo.

Oración
Padre Misericordioso, derrama sobre nosotros tus hijos tu Espíritu Santo y danos la valentía y la fortaleza para anunciar tu Reino, en todo momento de nuestra vida, con la proclamación y la acción de tu Misericordia. Ayúdanos a descubrir tu rostro misericordioso en los pobres y olvidados, y siguiendo las enseñanzas de tu Hijo amemos a los demás, sin dejarnos vencer por el cansancio y la rutina. Te lo pedimos por medio de los méritos de Jesucristo Nuestro Señor. Amén.